Aunque no lo creas, ya una patología reconocida por la medicina, entre los vicios del siglo XXI se incluye la adicción a las compras. Las causas: Insatisfacción, consumismo, materialismo y necesidad de llenar nuestras vidas con compras compulsivas.
De la diversión a la enfermedad
Los síntomas de los "shopaholics" son los siguientes: armarios llenos de prendas sin estrenar, deudas financieras u ocultamiento a sus seres queridos de sus compras.
Fotos
Salir de compras puede ser adictivo
Ir de shopping es uno de los hobbies más extendidos en la mujer de hoy; las mujeres que más lo sufren son las que están entre los veintipocos y treintaymuchos.
El perfil de la adicta es el siguiente: Mujeres trabajadoras, independientes y en su mayoría insatisfechas con su vida sentimental, que llenan sus ratos de ocio en los grandes almacenes al menos dos veces por semana.Hasta aquí todo parece normal, el problema surge cuando una persona se gasta el dinero que debía destinar a la hipoteca, el seguro del auto o la compra del mes en unas sandalias de "Jimmy Choo" o un vestido de "Dolce & Gabbana" que no le hace ninguna falta.Son muchos más de lo que aparentemente se podría pensar. Sólo en Estados Unidos hay 15 millones de adictos a las compras de los cuales la mayoría son mujeres.Esta adicción puede llegar a ser tan dañina y peligrosa como cualquier otra, no pensemos que ser alcoholico, drogadicto o ludópata es peor.Se trata del mismo proceso mental y de acción: el enfermo recurre a un modo de evasión temporal que le hace olvidar sus problemas reales, durante el proceso de consumo se siente bien aunque más tarde experimenta un sentimiento de culpa y se jura no volver a repetirlo.Vacío existencialLas personas que sufren este problema son víctimas de un vacío que sólo son capaces de llenar a través del consumismo compulsivo.La mayoría de las veces se tratan de problemas de pareja, lo que les lleva a necesitar verse cada día de un modo distinto, siempre buscando la perfección, lo que nos lleva a una raíz mucho más profunda, la inseguridad.
De la diversión a la enfermedad
Los síntomas de los "shopaholics" son los siguientes: armarios llenos de prendas sin estrenar, deudas financieras u ocultamiento a sus seres queridos de sus compras.
Fotos
Salir de compras puede ser adictivo
Ir de shopping es uno de los hobbies más extendidos en la mujer de hoy; las mujeres que más lo sufren son las que están entre los veintipocos y treintaymuchos.
El perfil de la adicta es el siguiente: Mujeres trabajadoras, independientes y en su mayoría insatisfechas con su vida sentimental, que llenan sus ratos de ocio en los grandes almacenes al menos dos veces por semana.Hasta aquí todo parece normal, el problema surge cuando una persona se gasta el dinero que debía destinar a la hipoteca, el seguro del auto o la compra del mes en unas sandalias de "Jimmy Choo" o un vestido de "Dolce & Gabbana" que no le hace ninguna falta.Son muchos más de lo que aparentemente se podría pensar. Sólo en Estados Unidos hay 15 millones de adictos a las compras de los cuales la mayoría son mujeres.Esta adicción puede llegar a ser tan dañina y peligrosa como cualquier otra, no pensemos que ser alcoholico, drogadicto o ludópata es peor.Se trata del mismo proceso mental y de acción: el enfermo recurre a un modo de evasión temporal que le hace olvidar sus problemas reales, durante el proceso de consumo se siente bien aunque más tarde experimenta un sentimiento de culpa y se jura no volver a repetirlo.Vacío existencialLas personas que sufren este problema son víctimas de un vacío que sólo son capaces de llenar a través del consumismo compulsivo.La mayoría de las veces se tratan de problemas de pareja, lo que les lleva a necesitar verse cada día de un modo distinto, siempre buscando la perfección, lo que nos lleva a una raíz mucho más profunda, la inseguridad.
¿Quién es un adicto a las compras?
Los psicólogos que han trabajado en este estudio lo definen como aquella persona que "tiene la necesidad de ir de compras para sentirse bien, adquiere muchos productos que no necesita, a veces incluso varios artículos del mismo tipo, raramente le da uso a lo adquirido y, mientras algunos los devuelve, otros los acumula y otros ni siquiera los desembala o los oculta para que no lo vean los familiares".
Todo esto, concluye el profesor Otero, desencadena una situación de endeudamiento y de engaños en su entorno, lo que puede derivar en problemas económicos y de relaciones sociales y familiares.
La finalidad última que persigue el comprador, según se desprende del estudio de la Universidad de Santiago, es que ésta restaure su equilibrio personal, "experimenta una sensación de plenitud y de satisfacción durante el acto. Pero es algo momentáneo, puesto que al poco tiempo vuelven a aparecer las emociones negativas que le llevaron a esa conducta". Además, esta situación se acentúa con los "sentimientos de culpa por lo gastado y porque se dan cuenta de que muchas veces, lo que han adquirido, no les sirve para nada".
¿Cuántas personas son adictas a las compras?
"En España no se han elaborado estudios epidemiológicos sobre el alcance de este fenómeno -explica Otero- pero algunos trabajos desarrollados en otros países europeos concluyen que entre el 2% y el 8% de la población lo es".
Más concreto es un informe europeo elaborado por la Unión de Consumidores de España (UCE) a finales del año 2000 en el que se señala que una de cada tres personas reconoce que compraba mucho más de lo que necesita. Javier Garcés, psicólogo y colaborador de la UCE señala que esto significa "un problema moderado en el descontrol del gasto. Se puede hablar de adicción patológica en torno al 3% de la población". Datos similares arroja un estudio del Ayuntamiento de Madrid, donde certifica los datos europeos.
Otro informe elaborado por el Gobierno de Castilla la Mancha habla de un 3% de personas con adicción patológica y un 33% que abusa irreflexivamente. En ocasiones es difícil delimitar cuándo el ambiente, una época o una situación, propicia una conducta adictiva, a sabiendas de que el problema no es la droga o en este caso el comprar, el problema, está en la persona. Por eso, en rebajas, más que de adicción habría que hablar de abuso generalizado.
Los adictos a las compras, síndrome llamado oniomanía y en inglés "shopaholics", lo son todo el año. En las liquidaciones pasarán algo más desapercibidos en su afán de repetición pero no de elaboración. Si en algo se caracteriza esta conducta adictiva es precisamente por la repetición insistente de la conducta de comprar.
¿Qué se compra?
Entre los artículos más recurrentes, según Otero, se encuentran "aquellos que se relacionan con la apariencia física, sobre todo ropa de moda y complementos de vestir. Habría que sumar también la música, antigüedades y los coleccionables".
¿Cómo se puede evitar?
El psicólogo aragonés Javier Garcés apunta algunas posibles soluciones como evitar el pago con tarjeta y apuntar todos los gastos que se hacen a diario. "Lo mejor es darse tiempo. Por ejemplo, si te apetece comprar algo, sal de la tienda, del centro comercial, quítate de en medio la tentación y estudia si de verdad lo necesitas. Si es así, entra y cómpralo".
Los psicólogos que han trabajado en este estudio lo definen como aquella persona que "tiene la necesidad de ir de compras para sentirse bien, adquiere muchos productos que no necesita, a veces incluso varios artículos del mismo tipo, raramente le da uso a lo adquirido y, mientras algunos los devuelve, otros los acumula y otros ni siquiera los desembala o los oculta para que no lo vean los familiares".
Todo esto, concluye el profesor Otero, desencadena una situación de endeudamiento y de engaños en su entorno, lo que puede derivar en problemas económicos y de relaciones sociales y familiares.
La finalidad última que persigue el comprador, según se desprende del estudio de la Universidad de Santiago, es que ésta restaure su equilibrio personal, "experimenta una sensación de plenitud y de satisfacción durante el acto. Pero es algo momentáneo, puesto que al poco tiempo vuelven a aparecer las emociones negativas que le llevaron a esa conducta". Además, esta situación se acentúa con los "sentimientos de culpa por lo gastado y porque se dan cuenta de que muchas veces, lo que han adquirido, no les sirve para nada".
¿Cuántas personas son adictas a las compras?
"En España no se han elaborado estudios epidemiológicos sobre el alcance de este fenómeno -explica Otero- pero algunos trabajos desarrollados en otros países europeos concluyen que entre el 2% y el 8% de la población lo es".
Más concreto es un informe europeo elaborado por la Unión de Consumidores de España (UCE) a finales del año 2000 en el que se señala que una de cada tres personas reconoce que compraba mucho más de lo que necesita. Javier Garcés, psicólogo y colaborador de la UCE señala que esto significa "un problema moderado en el descontrol del gasto. Se puede hablar de adicción patológica en torno al 3% de la población". Datos similares arroja un estudio del Ayuntamiento de Madrid, donde certifica los datos europeos.
Otro informe elaborado por el Gobierno de Castilla la Mancha habla de un 3% de personas con adicción patológica y un 33% que abusa irreflexivamente. En ocasiones es difícil delimitar cuándo el ambiente, una época o una situación, propicia una conducta adictiva, a sabiendas de que el problema no es la droga o en este caso el comprar, el problema, está en la persona. Por eso, en rebajas, más que de adicción habría que hablar de abuso generalizado.
Los adictos a las compras, síndrome llamado oniomanía y en inglés "shopaholics", lo son todo el año. En las liquidaciones pasarán algo más desapercibidos en su afán de repetición pero no de elaboración. Si en algo se caracteriza esta conducta adictiva es precisamente por la repetición insistente de la conducta de comprar.
¿Qué se compra?
Entre los artículos más recurrentes, según Otero, se encuentran "aquellos que se relacionan con la apariencia física, sobre todo ropa de moda y complementos de vestir. Habría que sumar también la música, antigüedades y los coleccionables".
¿Cómo se puede evitar?
El psicólogo aragonés Javier Garcés apunta algunas posibles soluciones como evitar el pago con tarjeta y apuntar todos los gastos que se hacen a diario. "Lo mejor es darse tiempo. Por ejemplo, si te apetece comprar algo, sal de la tienda, del centro comercial, quítate de en medio la tentación y estudia si de verdad lo necesitas. Si es así, entra y cómpralo".
La mayoría, mujeresSegún algunos estudios, en Estados Unidos existen 15 millones de personas adictos a las compras y la mayoría son mujeres.Esta adicción puede ser tan peligrosa como una a las drogas o al alcohol. Es prácticamente el mismo proceso: recurres a un escape temporal que te hace sentir bien, pero luego te sientes miserable.¿Está tu armario lleno de artículos que aún tienen su etiqueta? ¿Tienes que pedir prestado para cumplir tus responsabilidades financieras? ¿Los agentes de cobro te llaman más que tus amigos? ¿Le ocultas a tu pareja tus compras?Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, seguramente tienes un problema, y es muy posible que necesites ayuda profesional.La raíz del problemaY tu problema no es que te fascine estar a la moda o que tienes delirio con zapatos...¡NO! La raíz del problema es que sientes un vacío que tratas de llenar con accesorios. Una mujer que no está feliz consigo misma, buscará satisfacción, ya sea en drogas, alcohol, comida, hombres o, en este caso, "las compras".A menos que decidas convertirte a cuáquera, siempre tendrás la tentación y la oportunidad para comprar, pero también puedes evitar situaciones que te hagan comprar compulsivamente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario